Un héroe moderno
Clara Campoamor
Clara Campoamor Rodriguez (1888-1972) fue escritora,política y defensora de los derechos de la mujer española. Creó la Unión Republicana Femenina y fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España, el cual se logró en 1931, y por primera vez fue ejercido por las mujeres en las elecciones de 1933. A causa de la guerra civil tuvo que huir de España y murió exiliada en Suiza.
Nació en Madrid, hija de María Pilar Rodriguez, costurera, y Manuel Campoamor, contable en un periódico. Su familia paterna procedía de Asturias y Cantabria, y la materna de Madrid y Toledo.
Con diez años, perdió a su padre y tubo que dejar sus primeros estudios para colaborar en la economía familiar. Estuvo trabajando de modista, dependienta de comercio y telefonista, y en las oposiciones de 1909 consiguió plaza como auxiliar femenina de segunda clase del cuerpo auxiliar de Telégrafos del Ministerio de la Gobernación.
En 1914, ganó una plaza en el Ministerio de Instrucción Pública, con el primer puesto por oposición, lo que le permitió volver a Madrid, donde fue destinada como profesora de mecanografía y taquigrafía en las Escuelas de Adultas. A cabo de un trabajo como secretaria en un periódico, se interesó por la política y publicó algún artículo.
En 1920 inició sus estudios de bachillerato, consiguiendo el título y matriculándose luego en la Facultas de derecho, por la que se licenció el 19 de diciembre de 1924. Mientras tanto, se dedicó a participar en algunas asociaciones e impartió varias conferencias. Con 36 años, se convirtió en una de las pocas abogadas españolas de la época, y pasó a ejercer su profesión. En 1925 se convirtió en la segunda mujer en incorporarse al colegio de Abogados de Madrid.
Clara Campoamor mantuvo una gran actividad como conferenciante en la Asociación Femenina universitaria y en la academia de Jurisprudencia, defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política. Trabajó con Martí Lara, amigo de Manuel Azaña en el embrión de acción republicana, en cuyo Consejo Nacional figuró al principio. Sin embargo, nunca logró su ideal estratégico: la unión de todos los republicanos en un gran partido de centro con azaña como delfín natural de Alejandro Lerroux.
En 1920 inició sus estudios de bachillerato, consiguiendo el título y matriculándose luego en la Facultas de derecho, por la que se licenció el 19 de diciembre de 1924. Mientras tanto, se dedicó a participar en algunas asociaciones e impartió varias conferencias. Con 36 años, se convirtió en una de las pocas abogadas españolas de la época, y pasó a ejercer su profesión. En 1925 se convirtió en la segunda mujer en incorporarse al colegio de Abogados de Madrid.
Clara Campoamor mantuvo una gran actividad como conferenciante en la Asociación Femenina universitaria y en la academia de Jurisprudencia, defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política. Trabajó con Martí Lara, amigo de Manuel Azaña en el embrión de acción republicana, en cuyo Consejo Nacional figuró al principio. Sin embargo, nunca logró su ideal estratégico: la unión de todos los republicanos en un gran partido de centro con azaña como delfín natural de Alejandro Lerroux.
Después de la rebelión de Angel García Hernandez y Fermín Galán en Jaca, y el proceso contra el comité revolucionario, Clara asumió la defensa de algunos de los implicados, entre los que se encontraba su hermano Ignacio.

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